Le avergonzaba mostrar sus muslos por la celulitis, y se tapaba – como usted puede observar en la foto -, con las manos. Acostumbraba trotar para eliminar la grasa, según le habían recomendado, y caminar mucho. En nuestra primera entrevista, estando presente su padre, al terminar mi exposición, su padre le dijo: – tu no estás gorda, sigue trotando, que ese hombre está loco -.
Esto sucedió en un tiempo de 7 meses. Desde Enero 4 de 2004, hasta Julio 10 de 2004, había logrado mejores metas que su prima Ivis, quien no quería someterse al nuevo estilo de vida, pero quería lucir una figura esbelta, a costa de mis conocimientos, pero imponiendo sus caprichos. Sin embargo, logró en 3 años, lo que hubiese podido lograr, en 7 meses.
Quizá la genética familiar, la hubiera beneficiado y hacer lo mismo que su prima, en 7 meses, pero Ivis no quería cambiar su estilo de vida… El DNA sí se puede mejorar, pero depende, de cada uno y del conocimiento de tu asesor.
Podemos observar, en la primera foto que se tomó en su casa, su complejo, tratando de cubrir sus muslos con sus manos. Aún, 7 meses después, era difícil erradicar para ella, el querer ocultar su celulitis. Lo cual nos deja ver con claridad, que sí nos importa nuestra imagen, a pesar de que digamos: “si alguien nos quiere, nos acepta como somos”. Eso es una gran mentira: queremos ser mejores. Antes de nacer, hemos sido campeones. Cuando ocurre la pelea entre los espermatozoides con un sólo óvulo: por eso nacimos.
Somos campeones, somos lo mejor de la raza humana de acuerdo con nuestra genética, y ese es el proceso de evolución.
Más tarde, dentro de nuestra historia, podemos ver la decisión de su padre, en referente a lo que él dijo.